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domingo, 25 de noviembre de 2012

Un año sin tu "yo" material, pero toda la vida con tu "yo" espiritual

Un año, 12 meses, 366 días... sin aquella persona que te enseñó a dar tus primeros pasos, a disfrutar del momento, a encaminar tu vida por donde realmente quieres, a no tirar la toalla jamás por muy diferentes que fuesen las situaciones a como tú las habías pensado; te enseñó a pescar, a dar "paseos" de tropecientos kilómetros...y, finalmente, a independizarte de él porque sabía que su vida se acababa. En definitiva, me refiero a ¡ese sujeto que me enseñó cómo era la vida y, de la misma forma, a vivir! Sí, ese era y es mi abuelo. La bondad, humildad e inteligencia personificada.

Recuerdo felizmente esa última conversación contigo sobre Kuhn así como el consecuente "estudia y disfruta como lo estás haciendo hasta ahora" y tus sinfines consejos y piropos (de abuelo).

Ten seguro que no olvidaré jamás las intensas y preciosas conversaciones que mantuvimos en esos 20 años y, sobre todo, esta frase que me regalaste tres semanas antes de marcharte: Si no piensas, no vives. Por eso has de pensar en todo momento, a pesar de tener que estar tumbado en una cama.

Bueno, como se puede observar, ya sé de quién he heredado mis aires filosóficos. De mi ABUELO; junto al cual crecí y juntos nos enamoramos de la Filosofía. Mi abuelo es, al fin y al cabo, aquella persona que me enseñó a transformar los retos imposibles en posibles.
 
Mi vida sin tí, hubiese sido muy diferente. Los valores fundamentales que me has enseñado para vivir han estado, están y estarán siempre presentes en mi vida. Por consiguiente, tu "yo" espiritual estará siempre conmigo en cada etapa de mi vida. Contigo he aprendido que existen tesoros en la vida que hay que cuidar sin tiempo ni edad. Hace un año tu "yo" material se marchó, pero tu "yo" espiritual no desaparecerá jamás. Se apagó una luz en la realidad material, la cual sigue y seguirá brillando día tras día en nuestros corazones. ¿Por qué? Porque durante todos los años de tu vida nos regalaste una vida llena de bondad, humildad, inteligencia y, sobre todo, amor. Regalos incondicionales para poder erigir nuestras vidas tal cual son en este momento.

Como tú bien me decías, no sabemos que es realmente la muerte y le tenemos miedo por culpa de nuestra docta ignorancia. Como es obvio, un año después, sigo sin saberlo. Pero, desde tu ausencia, sé con seguridad una  cosa: ese lugar, acción o lo que sea es un paraíso, y ese paraíso es y será siempre un jardín. ¿Por qué? Simplemente, porque te encuentras tú en él. Sé que con tu grandeza habrás hecho que todo a tu alrededor brille con gran intensidad, tanto que se habrá convertido en ese jardín placentero y lleno de flores preciosas que todos anhelamos.

En definitiva, ¡GRACIAS POR SER MI ABUELO!

http://www.youtube.com/watch?v=mOIQ2qp0ibY





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