Una de las cosas más emocionantes de la vida es volver a ver escritos, cartas, anotaciones o meras firmas escritas de puño y letra de alguien que ya no se encuentra entre nosotros. La sensación con la que te quedas es indescriptible, dado que esas palabras escritas con esa fina o gruesa caligrafía nos está mostrando el caracter y, a su vez, los sentimientos y pensamientos de esas personas.
Al fin y al cabo, esas palabras son el medio transmisor de nuestro conocimiento y sin este vehículo nuestros pensamientos serían incapaces de ser transmitidos así como pensados y, por ende, no podrían existir. Por ello, resulta gratificante que esos documentos en los que aquellas personas que formaron parte de nuestro pasado (y lo siguen formando en nuestro presente) dejaron letras escritas y de los que, hoy en día, nosotros somos portadores sigan existiendo para que siempre una parte de éstos persista en nuestra realidad material.
Translate
sábado, 30 de junio de 2012
jueves, 14 de junio de 2012
Sueño cumplido
Aun no siendo fiel a la metafísica en su totalidad, hoy uno de mis sueños se ha hecho realidad al conocer en persona al metafísico donostiarra Ángel Gabilondo. Con su humor irónico y cautivador nos ha hecho reflexionar sobre el ocio, la-los política-políticos y la economía con argumentos consistentes im-posibles de ser contradecidos.
Su humildad nos ha conquistado a los ahí presentes, pero su naturalidad y sus sabias palabras no se han quedado atrás. En fin, parece mentira que en apenas dos horas de conferencia este pensador nos haya regalado su sapientiae y, lo mejor de todo, nos haya encandilado con ese discurso -como el bien ha dicho- de y para nosotros, aquellos que conformamos la realidad.
Recopilo aquí, por último, una de las anécdotas más divertidas que nos ha contado así como dos premisas que muestran perfectamente la labor de los filósofos:
Su humildad nos ha conquistado a los ahí presentes, pero su naturalidad y sus sabias palabras no se han quedado atrás. En fin, parece mentira que en apenas dos horas de conferencia este pensador nos haya regalado su sapientiae y, lo mejor de todo, nos haya encandilado con ese discurso -como el bien ha dicho- de y para nosotros, aquellos que conformamos la realidad.
Recopilo aquí, por último, una de las anécdotas más divertidas que nos ha contado así como dos premisas que muestran perfectamente la labor de los filósofos:
Primera clase del primer curso de la carrera de Filosofía. Un alumno en primera fila entra casi a la clase con la mano levantada. El profesor -ALFREDO DEAÑO- le da la palabra. El alumno (de Filosofía) le pregunta: ¿Para qué sirve la Filosofía? El profesor responde: Si te preocupas por la utilidad de algo cómprate una navaja multiusos. Busca siempre el sentido de "algo" y no su utilidad.
Mientras las demás personas hablan de acciones, los filósofos actuamos.
Mientras las demás personas hablan de amor, los filósofos nos enamoramos.
sábado, 2 de junio de 2012
Frases épicas
Suscribirse a:
Entradas (Atom)